La OMS pide actuar contra la amenaza de la farmacorresistencia del VIH.
20 de julio de 2017 | GINEBRA – La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta a los países sobre la creciente tendencia al aumento de la farmacorresistencia del VIH, detallada en un informe basado en encuestas nacionales realizadas en varios países. La Organización advierte que, si no se adoptan medidas eficaces rápidamente, esta amenaza creciente podría comprometer los progresos alcanzados en el mundo en materia de tratamiento y prevención de la infección por el VIH.
El informe de la OMS sobre la farmacorresistencia del VIH publicado en 2017 muestra que, en seis de los 11 países evaluados en África, Asia y América Latina, más del 10% de los individuos que empiezan a tomar un tratamiento antirretroviral (TAR) son portadores de una cepa resistente a algunos de los fármacos más utilizados contra este virus. La OMS recomienda a estos países que, una vez alcanzado el umbral del 10%, revisen con urgencia sus programas de TAR.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, señala: «La resistencia a los antimicrobianos es un problema creciente para la salud mundial y el desarrollo sostenible. Si queremos alcanzar el objetivo mundial de poner fin al sida de aquí a 2030, debemos priorizar la prevención y hacer frente a los niveles crecientes de resistencia a los fármacos utilizados para tratar la infección por el VIH».
La farmacorresistencia del VIH aparece cuando los pacientes no cumplen con el tratamiento prescrito, a menudo porque no disponen de un acceso regular a servicios de atención y tratamiento de calidad contra esta infección. En las personas portadoras de virus resistentes, el tratamiento empieza a ser menos eficaz, y estas cepas resistentes se pueden transmitir a otros individuos.
El nivel de VIH en la sangre aumentará a menos que se sustituya el tratamiento por nuevos fármacos, que pueden resultar más caros y, en muchos países, difíciles de obtener.
De los 36,7 millones de personas infectadas por el VIH en el mundo, 19,5 millones tenían acceso a TAR en 2016. La mayoría de estas personas evolucionan favorablemente, ya que el tratamiento elimina eficazmente el virus. Sin embargo, cada vez son más los pacientes que sufren las consecuencias de la resistencia a los medicamentos.
Por esta razón, la OMS publica unas nuevas directrices con el fin de ayudar a los países a luchar contra las resistencias en el VIH. En ellas se recomienda supervisar la calidad de los programas terapéuticos y adoptar medidas en cuanto se detecten casos de fracaso terapéutico.